
¿Qué significa ser sustentable hoy? En palabras de la Comisión Mundial para el Ambiente y el Desarrollo, implica identificar y actuar sobre nuestras propias necesidades, sin comprometer la habilidad de las generaciones futuras de poder actuar sobre las suyas. Esto no solo implica el manejo eficiente de los recursos naturales, si no también recursos sociales y económicos. Adoptar medidas de acción, pequeñas o grandes, generan impactos significativos a largo plazo.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, acordados por la Argentina y otros 192 países miembros de la ONU en 2015 significaron un acuerdo universal traducido en una lucha contra la pobreza, a favor de la protección del planeta y por garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad para el año 2030. En este contexto, las empresas tienen un rol importante que cumplir desde su estructura. Ajustar los procesos de producción y distribución es un factor que está coordinando la acción de muchas instituciones en ánimo de llevar adelante acciones de responsabilidad social y cuidado de los recursos para las generaciones presentes y futuras.
En un artículo para la revista Forbes de México, Gerardo Berges, socio director de Estrategias Ambientales Asociados, explicó: “El capitalismo salvaje ya no está de moda. Hoy la suerte está echada y las empresas que no adopten una estrategia amigable con el ambiente, están destinadas al fracaso.” En este mismo artículo, Berges indica una serie de puntos que caracteriza a las nuevas marcas encaminadas a contribuir a un mundo verde.
Ser sustentables implica “ganar cuidando”, es decir, ser capaz de desarrollar las actividades de la empresa involucrando a su vez, medidas que contribuyan a un ambiente sano. La UNTAC, (Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Comercio y Desarrollo) propuso una definición de negocio sustentable como “aquel que deja el ambiente, al final de cada periodo contable, igual o mejor que al principio del mismo”.
También indica que “ser verdes no tiene precio”. La sustentabilidad abre las puertas a la innovación, a la creatividad y a la experimentación de nuevas formas de producir y hacer. Muchas empresas han optado por el reciclaje como un medio de ahorro y a los desechos como nueva materia prima. Incluso la imagen de empresa asciende junto con las ventas cuando se presenta como marca ética, responsable y ambientalmente conciente, lo que los lleva además a ser más eficientes.
Los países desarrollados y en vías de desarrollo, están implementando medidas cada vez más estrictas, a la vez que la sociedad sumada a los movimientos ecologistas están adoptando y luchando por la implementación de medidas ambientales. Bajo la idea de lograr “un horizonte despejado”, hasta 2013 existían 1,000 instituciones financieras regidas bajo la iniciativa de Principios para la Inversión Responsable de las Naciones Unidas, lo que implica que los inversionistas están más enfocados en aquellas empresas que desarrollan actividades con un correcto cuidado del medio ambiente.